El futuro es una sociedad alienante e hiper-tecnificada. Un tiempo en el que es difícil diferenciar a los robots de los seres humanos. Una vida cotidiana en permanente vigilancia policial. Y dos estados mega-corporativos que luchan sin escrúpulos por ganarse el favor de sus ciudadanos/ consumidores. En el futuro no hay lugar para la esperanza. La ilusión es una mosca que se nos escapa de las manos, un sueño encerrado en una tarjeta postal. Sin embargo, algo está por cambiar. Del espacio exterior ha caído un extraño maletín. Tómense un minuto para ir hasta la máquina y pedir un café instantáneo: todo indica que este va a ser un día muy largo.